Decir (¿toda?) la verdad. (Publicado en Mercados de El Mundo)

Escrito a las 11:18 am

El presidente Rajoy se comprometió a “decir la verdad” a los españoles. Pero saber qué es la verdad, ha formado parte de los debates filosóficos desde, al menos, Platón, sin que se haya alcanzado un acuerdo, hasta el punto, de que la aproximación científica consiste en aceptar que no existe una verdad objetiva, independiente del observador, sino que configuramos verdades provisionales mediante el debate entre puntos de vista subjetivos. Se puede citar el ejemplo famoso de que tan verdad es señalar que la botella está medio llena, como decir  que está medio vacía, aunque reflejemos dos realidades parciales diferentes.

                Sin presumir, por tanto, de conocer “la verdad”, vamos a diferenciar entre datos, no discutibles, y su interpretación, discutible por definición. Y quiero hacerlo porque, al menos en los cenáculos madrileños, empiezas a quedarte anticuado, desplazado, sospechoso, fuera de juego como no estés dispuesto a reconocer, en voz baja y con un gesto de complicidad que señala a los enterados, que “las cosas están mejorando” respecto a la situación económica española tal y como ha dicho, esta semana en público,  el Ministro Guindos. Hasta ahora, se hablaba de mejoras en variables  flujo como productividad (por la destrucción de tres millones de puestos de trabajo), competitividad (por una fuerte devaluación interna que ha hecho perder renta efectiva real a las familias), ajuste en balanza comercial (más por caída en importaciones asociada a la recesión, que por mejora de unas exportaciones que se han mantenido durante toda la crisis) o reducción del déficit público estructural ( con impacto recesivo evidente según los nuevos multiplicadores del FMI). Pero no se mencionaba la evolución negativa de otras variables flujo, como la fuerte escalada de la deuda pública (en máximos históricos), el creciente gasto presupuestario en intereses, el incremento del paro (casi medio millón más a finales de 2012, que un año antes), el descenso en la tasa de ahorro de las familias provocado por la caída en sus ingresos o las menores inversiones exteriores.  También se obviaba los serios problemas de stock existentes que harán necesario utilizar toda una década para absorberlos (deuda privada que supera al PIB o  paro de seis millones de personas).

                Pero a estas consideraciones se han unido recientemente otros dos elementos que, quienes están “en la pomada”, saben que indican de manera inequívoca que, por fin, las cosas están cambiando en España, para mejor: la espectacular caída en la prima de riesgo y que en el último trimestre del año, según se ha mencionado a bombo y platillo, la banca española ha reducido su dependencia respecto de los préstamos del BCE. Ambas cosas son ciertas. Su interpretación, sin embargo, es un poco más compleja y, en alguna medida, estrechamente vinculada.

                Vistas las cifras que publica mensualmente el Banco de España, cuando el presidente del BCE, Draghi, dijo aquellas palabras de que “haré lo que tenga que hacer y, créanme, será suficiente” hizo mucho más que declaraciones ya que, a partir de ese momento, la liquidez total que el BCE coloca en el eurosistema se más que duplicó, pasando de los 350.000 millones de euros de promedio mensual en la primera mitad de 2012, a los más de 880.000m a partir de agosto. En el caso de España, no obstante, el salto se produjo antes y fue mucho más significativo: así, si en julio de 2011 los préstamos netos del BCE a nuestras entidades de crédito fueron de 52.000m euros, un año más tarde, ascendieron a 375.500m euros, es decir, siete veces más, en una tendencia que se mantiene alta y que explicaría los alivios en la captación de recursos por el Tesoro. A partir de ahí, que en el último trimestre bajase un poco, hasta finalizar diciembre con 313.000m de media, puede considerarse una anécdota, sobre todo si lo unimos al hecho de que esos fueron los meses en que se ingresaron los dineros procedentes del rescate bancario. El dato, pues, es cierto, es verdad, pero construir a partir del mismo un caso de recuperación de la confianza del mercado en España, obviando la fortísima inyección de liquidez ocurrida a lo largo de todo el año y el dinero del rescate, no es toda la verdad.

                Algo similar ocurre con la prima de riesgo, de cuyo descenso en las últimas semanas (verdad) se habla como prueba adicional de que regresa la confianza de los mercados financieros en nuestro país, pero sin decir toda la verdad ya que, uno, puede estar mucho más relacionada con las ingentes inyecciones de liquidez del BCE mencionadas que con un regreso de la confianza a nuestra economía y, dos, que incluso con las bajadas actuales, la prima se sitúa en los niveles de hace un año cuando nos parecía intolerable.

                Otro tanto se puede decir que ocurre con el mantra de que 2014 será ya un año de crecimiento económico. Es posible. También en 2011 se produjo un repunte, con un crecimiento del 0,4% tras dos años pésimos, para recaer, otra vez, en 2012. Pero cuando analizas la evolución anunciada de los componentes del PIB en aquellas previsiones de crecimiento como las del FMI o la OCDE, no acabas de entender cuáles serán los motores de esa recuperación ya que el consumo, privado como público, no despega y solo un voluntarista ejercicio estadístico sobre la inversión y la exportación, permiten apurar unas muy modestas previsiones de crecimiento.

                ¿Soy, con este análisis, un derrotista irredento, a punto de convertirme en antipatriota? No. Simplemente, analizando todos los datos y reconociendo que la situación es muy dinámica, no comparto la idea subyacente a la campaña en marcha de optimismo controlado: que en España ya hemos hecho los deberes. Y no la comparto, porque estos últimos datos admiten una interpretación alternativa más correcta: si alguien ha hecho bien sus deberes, de manera diferencial, ha sido Draghi y si algo está recuperando confianza de los mercados es la solidez del proyecto euro. Y cuando algunas soluciones vienen de fuera, es porque algunos problemas, también lo hacían. Ahora y antes.

Un comentario

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jose
24.01.2013 a las 15:51 Enlace Permanente

Lo que dice es verdad. Se agarran a la prima de riesgo que bajó y a que se está reduciendo el deficit, cosa que por otra parte es lógico, después de los
recortes y subida de impuestos que al efecto estan poniendo en práctica..¿Sería contradictorio que no bajara el deficit, no?. También hablan del comercio exterior que está creciendo, bien puede ser asi…, pero la crisis que estamos padeciendo los ciudadanos de a pie con recortes, subida de impuestos, reforma laboral que acrecentó el paro y por lo tanto solo beneficia al capital y la hicieron premeditadamente con ese fin, además del desmantelamiento del estado del bienestar, donde era el único punto de apoyo de justicia social en cuanto a la diferencia entre clase alta, ricos y pobres….. Esa realidad, sigue igual o peor y se
palpa en la calle, lo que digan simplemente son datos para convencer a la opinión pública y justificarse demagogicamente. Aun si se apreciara un repunte en la economía, a la gente de nivel medio bajo y trabajadores los habrán dejado en una situación de más pobreza e indefensión contra el capital, eso sin hablar de la inflación y la pérdida de poder adquisitivo, que es galopante; en absoluto es un 3 %, pues eso solo ya lo incrementó el Iva y lo de primera necesidad no baja.
Todo esto me lleva a pensar que estan fallando las estructuras políticas y el entramado que tienen montado, todo eso se debería renovar, pues asi no vamos a ninguna parte y más con los casos de corrupción que afloran de continuo….. Si la clase política y la que nos dirigen no dan el ejemplo, también en recortar sus ingresos y reducir instituciones que ya no se pueden sostener para abaratar los gastos y si no hay una conciencia de honradez generalizada, además, insisto, de renovar este sistema caducado, no vamos a ninguna parte. Esta es mi opinión desde mi humilde visión de las cosas.

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