Los datos de Contabilidad Nacional conocidos esta semana, obligan a repensar si lo ocurrido en el reciente Debate del Estado de la Nación y en la aprobación de sus resoluciones, está a la altura de los retos que tienen los ciudadanos de nuestro país. Porque las cifras son apabullantes. En el primer trimestre de este año todo ha ido mal: el consumo de las familias, la inversión en bienes de equipo y en construcción, el número de ocupados, las exportaciones y hasta la remuneración por asalariado. Hacía muchos años que no se veía un cuadro macroeconómico con todas sus variables tan en negativo. Es verdad que en otros países europeos también ha ido mal y hasta es posible que, como dije la semana pasada, este haya sido el peor trimestre. Pero el efecto acumulativo de las cifras y, sobre todo, los problemas personales que hay detrás de las mismas, nos debieran empujar a hacer algo más para evitar, por ejemplo, que cuando nuestro PIB caiga, el empleo lo haga el doble, cosa que no ocurre en ningún otro país.
En Estados Unidos empieza a cobrar fuerza dos nuevos enfoques sobre esta crisis. El primero sostiene que si un excesivo endeudamiento privado – familias y empresas - por encima de las posibilidades de devolución del mismo es lo que nos ha llevado al borde de la quiebra, la solución no puede ser acompañarlo con mayor endeudamiento público.
Es cierto que ese incremento de la deuda pública ha venido principalmente de la mano de dos medidas: la asunción por el Estado de una parte del endeudamiento privado mediante el trasiego de activos tóxicos, que no incrementa la cifra total de deuda sino que se sustituye un deudor privado por otro público y, en segundo lugar, nueva deuda pública que financia el mayor desempleo, los menores ingresos impositivos y las ayudas a empresas y familias que se han visto dañadas por la sequía crediticia que ha acompañado a la crisis financiera convirtiéndola en crisis de la economía productiva.
Pero sustituir unas unidades privadas excesivamente hipotecadas por un Estado excesivamente endeudado, al trasladar cargas privadas sobre hombros público, puede significar un importante retroceso en términos de justicia social. Para evitarlo, el recurso al déficit tiene que tener un objetivo claro y acotado en el tiempo, a la vez que debe incrementarse la progresividad de los impuestos, concentrando el impacto del gasto público sobre los sectores más débiles de la sociedad. Si los Presupuestos no reajustan su estructura de ingresos y gastos, el resultado final será que las clases más desfavorecidas saldrán perjudicadas.
Esto es especialmente relevante si lo vinculamos a la otra nueva línea de reflexión crítica sobre la crisis. Aquella que sitúa el origen de las dificultades actuales no tanto en la concesión alegre de créditos o en los excesos de ingeniería financiera desarrollados por unos mercados avariciosos y codiciosos, que también, sino en la previa desigualdad de renta y de riqueza provocada por los años de gobierno neocon de Bush. A título de ejemplo: se dice que si en 1980 los altos ejecutivos de las grandes compañías cobraban 40 veces el salario medio, el 2008 ganaron 360 veces dicho salario.
El problema no sería tanto los créditos “Ninja” sino el fuerte incremento de personas sin ingresos, sin trabajo y sin activos a los que se les ha querido “compensar” mediante el endeudamiento, su incapacidad para consumir. Junto a ello, el aumento constante de trabajadores pobres es decir, gente ocupada pero que dada la estructura precaria del mercado de trabajo, los salarios bajos y la inexistencia de seguros públicos de sanidad o educación como los que conocemos en la Europa del Estado del Bienestar, se ven cerca del umbral de la pobreza e incapaces de conseguir determinados bienes de consumo como la vivienda sin recurrir a créditos de alto riesgo. Estos sectores sociales han existido siempre. La novedad ha consistido en que su número se ha incrementado de manera espectacular en los últimos años y, además, algunos financieros, han visto la oportunidad de introducirlos en el sistema de manera rentable mediante el recurso al préstamo. Salir de la crisis requeriría, por tanto, reformas sociales como un sistema sanitario público pero, también, medidas que favorezcan un reequilibrio en la injusta distribución actual de la renta y de la riqueza.
Las tareas a acometer son de gran magnitud. Pero la manera en que lo hagamos no es neutra. De la misma manera que cuando la economía española crecía al 4% hace ahora dos años, algunos se negaban a hablar de crisis por mucho que los nubarrones se cernieran ya sobre el horizonte, yo, hoy, con una economía decreciendo al -3%, me resisto a hablar de brotes verdes que, además, no sabemos todavía, con certeza, si adelantan el nuevo modelo de crecimiento o si son restos no chamuscados del viejo modelo. No digo que no los haya o que no pueda haberlos. Digo que no creo que debamos hablar mucho de ello ahora porque puede dar la impresión de que su existencia nos evitar actuar con la contundencia necesaria porque si, total, ya despeja, para que necesitamos hacer algo distinto que esperar.
Porque de la crisis saldremos, incluso sin hacer nada más que dejarnos llevar por la corriente. La cuestión es cómo saldremos, cuál será el reparto de costes y beneficios y cómo afectará a la correlación social de fuerzas. Y ello dependerá de las actuaciones políticas de unos y de otros. Juntos podemos, decía Obama. O lo que es lo mismo, solos no podemos y, por tanto, no debemos. Pero si el consenso político exige difuminar las medidas, el diálogo social languidece según los sindicatos y la cooperación territorial está atascada, tenemos un problema que no se resuelve mediante la hiperactividad gubernamental. La conjunción de datos económicos muy negativos, con la constatación de síntomas de bloqueo institucional en los ámbitos parlamentarios y sociales, nos obliga a revisar el método y los contenidos. Nos jugamos mucho. Todos.
25.05.2009 a las 18:54 Enlace Permanente
¿NO cree Sr Sevilla de que todos los políticos que han intervenido en la economía del país, tanto de PP como del Psoe no hicieron caso a los nubarrones que ya se veían de lejos, que hasta yo que soy una humilde ciudadana, trabajadora ya talludita y sin los conocimientos que ustedes manejan llevo quejandome a voz en grito en su blog.¿Y usted, no comprende que si no hay por lo menos una cabecita de alfiler de tallo verde en el latifundio de la crisis podemos dar por muerto el campo y dejarlo secar, y como Ud. dice a la deriva’.
Soy de las que ante un pronostico terrible, una linea de coraje.
Si no hay tallo verde se pinta, cuando alguien lucha por algo y se bien lo que digo ve los resultados, tarde pero sin desmayo, sin zancadillas.
No es bueno que la sociedad que está herida de muerte se le deje sin horizonte.
No estoy de acuerdo con el Pte del banco mundial el Sr.Robert Zoelllick, si ahora ve una grave crisis social , por qué no vio la crisis financiera? .
Hay que ser un poco serios y no pronosticar calamidades solo por el hecho de desinflar a la población.
Un saludo
Magda
25.05.2009 a las 19:02 Enlace Permanente
No entiendo mucho de economía (necesitaría muchas más tardes de clases, pero muchas para ser un modesto economista); lo único que sé administrar es mi economía personal y doméstica con lo que gano como trabajador por cuenta ajena; y en el pasado, cuando por unos años, tuve un pequeño negocio en renta como autónomo.
Tampoco hay que ser un experto para entender lo obvio: la actual crisis mundial es causa de la crisis financiera que, desde los EEUU que exportó a los demás paises, los excesos del capitalismo salvaje sin regulación, además de la especulación urbanística e inmobiliaria que nuestro país aportó como cosecha propia. Por eso resulta patético, esperpéntico, grotesco….(los puntos suspensivos que cada cual ponga el calificativo que crea más apropiado) que venga un fantoche con un panfleto sectario, en el cual, dice tener la solución a la crisis con las mismas recetas que son las causas de esta recesión.
Si algo no funciona, o funcionaba en su momento y ha dejado de hacerlo; lo más lógico, inteligente y sensato será cambiarlo, buscar otras opciones, hacer reformas. Es estúpido volver otra vez al ladrillo, a la especulación. Y es injusto además, hacer pagar la crisis a los sectores económicamente más desfavorecidos de la sociedad, haciendole pagar la crisis que no han provocado recortando derechos sociales y bajando impuestos a los que se han puesto las botas todos estos años especulando.
Sería bueno y urgente hacer las reformas estructurales de la que tanto se habla, inversión I+D, en educación y formación, en energía renovables…en desarrollo sostenible en definitiva. Y también una de ella es cambiar el marco de las relaciones laborales, de la contratación, de la formación y el reciclaje de los trabajadores…ya que nuestro país es el que más desempleo tiene de los países de nuestro entorno, en parte por la explosión de la burbuja inmobiliaria y la caída del sector de la construción que arrastró a todos los demás sectores, pero también, pienso, que es por la estructura obsoleta en la que se mueve el mercado laboral que tenemos.
Por eso, me resultó interesante la propuesta que hizo esos 100 economistas académicos para la reactivación laboral en España. También he leído las críticas, y muchas de ellas llenas de razones, pero creo que es una buena base por donde empezar. Discútase por las partes implicadas (representantes de trabajadores y empresarios, gobierno y partidos políticos) hágase enmiendas para mejorarla y corregir que algunas de las partes sea perjudicada injustamente, pero por favor; HAGAN ALGO Y NO SE QUEDEN CON LOS BRAZOS CRUZADOS.
Pero por favor, retomando los versos de Lorca que dan título a esta entrada, Verde que te quiero Verde, hágase lo que se haga sea con el más estricto respeto a la Naturaleza. No hay progreso ni calidad de vida si la destruimos.
En el PP ya sabemos que son los defensores de los especuladores urbanísticos, de recibir regalos de trajes y jaguars por los favores hechos a éstos; que son negacionistas del cambio climático y que Aznar, Rajoy y su primo dicen que tienen soluciones para todo; sobre todo para ellos y para salir impunes de los casos de corrupción al más puro estilo mafioso Berlusconiano; pero en el PSOE aún hay elementos que siguen teniendo un falso concepto del progreso defendiendo el ladrillo y las nucleares.
25.05.2009 a las 19:27 Enlace Permanente
termino de escribir en su blog y me llama mi marido desde donde mi hija hace deporte cerca del centro Comercial de Isla Azul, ha habido un tiroteo muy grande y dos guardas jurados han quedado en el suelo, ha llegado el samur y los atracadores han huido…esto es de lo que habla el Zoellick.?